Flashback: Gran Premio de Abu Dhabi 2010

Este domingo se celebrará la tercera edición del Gran Premio de Abu Dhabi, quizás el peor circuito en el calendario de la F1. Con poco por jugarse, es difícil estar emocionado de cara a la carrera, pero una temporada atrás, la situación era muy diferente.

Aquella vez, vivimos una definición única, que vio nacer una nueva estrella del deporte motor, y seguramente, dio el inicio de una nueva era dentro de la máxima categoría mundial.

Como previa para este fin de semana, a un año de la finalización del campeonato pasado, recordamos un momento histórico dentro de la Fórmula 1 – Abu Dhabi 2010.

Previo al Gran Premio
El favoritismo de Alonso, los problemas en Red Bull

Hasta ahí llegó el V8 de Renault

La superioridad técnica del equipo de las bebidas energizantes nunca fue tan clara como en este año, pero durante el 2010 la situación fue muy parecida, salvo por el eterno talón de Aquiles de Adrian Newey: la confiabilidad. Difusor soplado, alerones que se deformaban, infinidad de innovaciones hicieron que el auto austriaco difícilmente pudiera ser vencido… a menos que se rompiera.

La falta de confiabilidad le había costado a Vettel una valiosisima cantidad de puntos, pero especialmente, le había negado una victoria cuando más lo necesitaba. En el Gran Premio inaugural de Corea del Sur, luego de liderar durante toda la carrera en situaciones muy complicadas, el motor Renault dijo basta y pareció tapar con un humo azul todo sueño de campeón del pequeño alemán.

Mark Webber, en cambio, había llegado como líder del torneo a la cita en el país asiático. Nervioso por las pésimas condiciones de la pista (la lluvia se había sumado al barro de las banquinas), luego de la largada con Safety Car, el australiano pisó un piano y se estrelló contra los muros, terminando no sólo su carrera y la de Rosberg (se lo llevo puesto), sino también su liderazgo en la tabla de posiciones.

Fernando Alonso era la otra cara de la moneda. El hombre de Ferrari venía con envión después de una seguidilla de podios y victorias, incluida la de Corea, que lo llevo a la punta del torneo luego de haber estado a más de 50 puntos por detrás del líder. Aprovechándose de tener a un escudero como Massa, el español era candidato a colocarse una tercera corona. y mucho más luego de lo ocurrido en Brasil.

Largada en Brasil y Vettel ya se pone adelante

En el circuito paulista no se habló demasiado luego de la sorpresa de Hulkenberg y su Williams en la pole – lo que interesaba era ver que hacían los directivos de Red Bull. Con ambos pilotos muy por detrás de Alonso en el torneo, y con el antecedente de lo sucedido en Alemania ese año con las órdenes de equipo dentro de Ferrari, se rumoreaba pese a las negaciones de Christian Horner, que Vettel daría paso a Mark Webber durante la carrera para así llegar con más chances en Abu Dhabi.

De más esta decir que tal situación no se concretó – Vettel se llevó la victoria, su compañero terminó segundo y Alonso, jugando seguro y haciendo su negocio, se quedó con un tercer puesto que le daba una ventaja de 8 y 15 puntos sobre Webber y Vettel, respectivamente, y 24 sobre Lewis Hamilton.

Cuatro candidatos – situacion inédita

Favoritismos aparte, la carrera de Abu Dhabi prometía ser uno de los más grandiosos eventos en la historia de la máxima categoría. Una definición entre cuatro pilotos estrella como Alonso, Webber, Vettel y Hamilton le ponía el moño a una temporada magnífica, con una lucha en la tabla de posiciones nunca antes vista.

Batalla campal entre 4 pilotos y 3 escuderías por el titulo

Fernando Alonso llegaba picante. La Ferrari rendía, él también y un segundo puesto le daría su tercera corona independientemente de lo que hicieran los demás. Tenia a su favor a un guardaespaldas -y recibido segundón del equipo- como Felipe Massa, que haría cualquier cosa que el equipo le dijera con tal de beneficiar al hombre de Asturias.

Mark Webber, aparecía segundo, a 8 puntos. Necesitaría ganarle a Sebastian Vettel por primera vez desde Bélgica, 5 carreras atrás. Necesitaba también el apoyo de su equipo, porque no alcanzaría con estar solamente delante de Alonso. Aún así, tanto Dietrich Mateschitz, dueño de Red Bull, como Christian Horner habían declarado que darían a ambos pilotos chances de coronarse, asegurando que dentro del equipo austriaco no existían las ordenes de equipo y señalando que preferirían perder el título a ganarlo de manera «sucia».

De todas formas Sebastian Vettel tenia más para preocuparse que Webber. Eran demasiados esos 15 puntos para descontarle a alguien como Alonso, experto en sumar y acostumbrado a definiciones, en una sola carrera. El alemán confiaba que si Kimi Raikkonen había logrado el milagro en 2007, entonces él también podría.

El cuarto en discordia, y casi sin chances, era Lewis Hamilton. Una serie de abandonos en Hungría, Monza y Singapur lo habían relegado en la tabla, y pasando de ser líder después de Bélgica, a estar cuarto y casi afuera luego de Brasil. El británico mantenía las esperanzas y sería, al igual que su compañero Jenson Button, jueces de una definición apasionante.

La atípica carrera y las causas de la debacle Ferrari

El día sábado sirvió para demostrar como todo se venía a pique para Mark Webber. Un pobre 5º puesto, el peor entre los candidatos, empezaba a condenarlo en la definición. Vettel, en la pole, estaba confiado de poder hacer una buena carrera y esperar a que Alonso (3º) se complicara intentando superar a un Lewis Hamilton (2º) con grandes antecedentes en el Yas Marina. Cuarto se situaba Jenson Button, en su última carrera como campeón reinante.

Largada del Gran Premio, y Button ya 3º

La salida fue prolija, sin demasiados movimientos posicionales salvo uno muy importante: Button superaba a Fernando Alonso y se situaba tercero. Con un 4º puesto, y Vettel adelante, no alcanzaría para el español, pero aún faltaba mucho.

Durante la primera vuelta, los Mercedes de Rosberg y Schumacher se rozaron, el múltiple campeón hizo un trompo y Vitantonio Liuzzi en su Force India lo embistió de frente. Salía el Safety Car, comprometiendo las estrategias, y generando nerviosismo entre los equipos punteros.

Renault se la jugó, y decidió llamar a los pits a Vitaly Petrov, un movimiento que sería una de las claves de la carrera. Mercedes hizo lo propio con Rosberg. Ambos pilotos se situaban detrás del pelotón del medio pero con la molesta parada obligatoria ya apartada de su camino.

Durante las primeras vueltas bajo bandera verde, tanto Vettel como Hamilton y Button lograron separarse de sus inmediatos perseguidores, en especial de Mark Webber; el australiano perdía hasta un segundo por vuelta. Sufría con las cubiertas blandas de Bridgestone, y la situación no mejoro al rozar uno de los paredones del imponente Yas Marina. Inmediatamente, preocupados por posibles daños en la llanta y neumático trasero derecho, Red Bull llamó a Webber a los pits. Salia detrás de Alguersuari, y bastante más atrás del tándem Rosberg-Petrov.

En el pitwall de Ferrari, mientras tanto, los técnicos y estrategas se quemaban las neuronas tratando de encontrar una solución a un enorme dilema: llamar o no a Alonso a los pits. Había que reaccionar de alguna manera a Webber, pero también habia que tener en cuenta a Petrov y Rosberg.

Usando a Felipe Massa como conejillo de indias, el brasileño realizó su parada una vuelta después de Webber, con el objetivo de salir por delante y poder bloquear el avance del hombre de Red Bull. Pero no funcionó, Webber ya se había sacado de encima a Alguersuari y tenía un ritmo excelente. No hubo otra opción, debieron llamar a Fernando a boxes.

Ferrari no contaba con un Petrov tan rápido

El riesgo era latente. Al parar el español, Ferrari necesitaría de toda la habilidad del asturiano para superar a sus rivales en un circuito con muy pocas (o casi nulas) oportunidades de sobrepaso. Aún peor, los Renault y Mercedes eran más veloces que los autos rojos en lo recto.

Mientras tanto, Vettel hacía su ritmo, liderando de principio a fin una carrera monótona para él. con Hamilton y Button siguiéndolo de cerca. Alonso no podía pasar a Petrov, ni siquiera podía acercarse, y Rosberg se alejaba cada vez más – las chances de campeón se diluían. Para colmo, otro escollo se interpondría en el camino de Fernando: Robert Kubica. En el otro Renault, el polaco era cuarto, y giraba cada vez más rápido. Al parar y salir por delante de su compañero de equipo en el quinto puesto, sepultó las chances del de Ferrari (entonces 7º) y de un deslucido Webber (8º).

Así terminaría la carrera, con Sebastian Vettel convirtiéndose en el campeón más joven de la historia, en una definición impensada para un torneo apasionante, que había visto al joven maravilla liderar la tabla de posiciones… sólo luego de Abu Dhabi.

Las reacciones post-carrera
Lluvia de criticas a Ferrari 

Las primeras reacciones luego de la carrera fueron criticas contra Ferrari, en especial por los enojadisimos tifosi, que no podían creer como un campeonato casi servido se les escurrió de las manos por una mala decisión en los pits.

Fernando Alonso, entre las criticas, atinó a decir:

«Después de cada carrera, es siempre muy sencillo determinar la mejor estrategia. Ahora, uno siempre debe cubrirse de alguien, y si no parabamos, Webber probablemente nos hubiera superado»

Momento culmine de la debacle Ferrarista

En retrospectiva, es fácil criticar a Ferrari por la decisión tomada, pero el accionar no fue tan errado como parece en un principio.

El campeonato lo empezaron a perder el sábado, cuando Alonso clasificó por detrás de Hamilton, y la situación empeoró aún más cuando en la largada, a pesar de estar por el lado limpio de la grilla, perdió una posición sobre Button.

También es cierto que deberían haberse cubrido más sobre Vettel, Petrov y Rosberg, que sobre Webber, que venia en un muy mal fin de semana, y había sido superado en los tiempos por todos los otros candidatos al título.

Pero las resoluciones tomadas desde el pitwall fueron correctas. Había que cubrirse de alguien, sino perdían con todos. No contaban con un Petrov «encendido» (unas de las pocas veces que sucedió durante la temporada), que no cometió ningún error y nunca permitió que Alonso siquiera intentara superarlo.

El Yas Marina, un circuito pésimo

Aún en caliente, e incluso durante la carrera, al ver la dificultad de Alonso de acercarse a Vitaly Petrov, muchos enojados fans pusieron el grito en el cielo: el de Abu Dhabi es el peor circuito en el calendario de la Fórmula 1, y sinceramente no puedo estar más de acuerdo.

Estrenado a fines de 2009, el Yas Marina es criticado por propios y ajenos. Pese a los 800 millones de dólares invertidos, y la infraestructura de primerísimo nivel, el trazado deja mucho que desear: es muy posiblemente el peor trabajo del criticado Herman Tilke, y eso ya es decir demasiado.

Lindas imágenes, pero un patético trazado

Partieron de una isla desierta, y construyeron un festín de chicanas y largas rectas, pocos curvones veloces, y una seguidilla de hasta 6 curvas de 90º de baja velocidad. Ni siquiera es un circuito intrincado como el Hungaroring en Budapest, sino que es grande, ancho y sin desniveles. También entrega el suficiente espacio para que ni los rezagados molesten, y no da ninguna sensación de velocidad pura.

La casi inexistente oportunidad de superar a otro auto llama mucho la atención. Peor aún, una hipotética mejora está limitada al poco espacio existente entre el circuito y las gradas. Los organizadores de la competencia prometieron cambios, que luego pospusieron hasta averiguar si el DRS, el KERS y las Pirelli mejoraban, al menos un poco, el espectáculo este año – veremos que pasa con las dos zonas DRS que la FIA dispuso para esta edición.

Sebastian Vettel, un nuevo referente

El alemán, para muchos el sucesor de Michael Schumacher, se consagró a lo grande, y terminó de redondear una trayectoria impresionante, que lo vio ganador en todo lo que corrió. A los 23 años, ya era campeón mundial de Fórmula 1.

Pero durante la temporada, mucho se habló (y se sigue hablando) de las habilidades conductivas de Sebastian.

Habiendo entrado por la puerta grande de la F1, Vettel tuvo sólo alegrías en la máxima, pero en 2010 una serie de eventos desafortunados perjudicaron la imagen del pequeño alemán.

El roce entre compañeros de equipo en Turquía, absolutamente innecesario dado que iban punteando, fue para la mayoría más culpa de Vettel que de Webber. Un nuevo choque extraño mientras perseguía a Button en Bélgica dejó a ambos autos afuera, y le dio el apodo de «crash kid» – niño accidente, literalmente. Voces se alzaban dudando de los dotes de aquél joven que parecía insuperable – quizás era el auto y nada más. Su inhabilidad para superar a otro rival en pista en comparación con Webber, Alonso y Hamilton también generaba revuelo entre los fans.

Pero lo cierto era que durante los sábados, nadie podía con Sebastian y era imparable si dominaba desde el principio como sucedió en tres de las cuatro carreras finales del torneo 2010, que terminaron dándole el titulo.

Un año después, podemos ver lo que significo ese campeonato en la confianza de Vettel. Ya no se ven esos movimientos extraños, ni esos accidentes tan frecuentes. Se ve a un piloto maduro, calmo, pensante, y fundamentalmente, dominador absoluto.

No existe resquicio para que un rival le complique la carrera, y si no alcanza para ganar, un podio servirá. Tal es así, que de ser sometido a veces por Mark Webber, ahora el australiano está lejos y no existen las tensiones que antes se generaban teniendo a ambos pilotos luchando tan adelante.

Campeón del Mundo por segunda vez, y mucha menos presión

Estiró las diferencias con el resto – con un brillante torneo 2011, dejó en claro cual es su posición respecto de los demás. Ganó 12 de 17 carreras, con 13 poles y rompiendo el récord de vueltas lideradas en una temporada. Sumó podios en todas menos en Alemania, donde llegó 4º. Para ponerlo en perspectiva, el peor lugar de llegada de Vettel es superior a la posición final de Felipe Massa en su mejor carrera.

Los demás tardarán mucho en acercarse. Una nueva era comenzó ese día en Abu Dhabi, y el protagonista se llama Sebastian Vettel.

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